La apertura de la primera base militar de China en África da un punto de apoyo adicional en una región donde ya tiene mucha influencia, gracias a los lazos económicos. Algunos comentaristas ven África como la oportunidad de Beijing de preservar su dominación manufacturera para las generaciones futuras.
En una ceremonia conjunta con una guardia de honor local, las tropas chinas abrieron la semana pasada su nueva base naval en Djibouti, una pequeña nación de África Oriental que ya arrenda tierras a varias instalaciones de militares extranjeros. Las tropas chinas están estacionadas justo al lado de la única base permanente del Pentágono en África, así como de las fuerzas japonesas, francesas e italianas.
Poco antes de la apertura, Pekín sugirió que podria desplegar sus tropas en la frontera de Yibuti con Eritrea en el norte, donde las dos naciones africanas reclaman la soberanía sobre una montaña y una isla. El despliegue hipotético cubriría el vacío dejado por unas 450 tropas de pacificación qataríes, que fueron retiradas en Junio en medio de la disputa diplomática de Qatar con otras naciones árabes.
Beijing destacó que el despliegue no tiene nada que ver con la apertura de la base y que sólo se llevaría a cabo bajo un mandato de la ONU y con ambas partes en el conflicto de acuerdo con esta mediación.
China ya participa en varias misiones de paz de la ONU en África, incluyendo Sudán del Sur, Malí y la República Democrática del Congo, y se enorgullece de ser el mayor contribuyente de fuerzas de paz entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, con mas de 2,500 elementos participando. Los escépticos dicen que Beijing utiliza una “inversión mínima” en las misiones de la ONU solo como un esfuerzo de propaganda.
China insiste en que sus avances militares en África son puramente logísticos y apuntan a apoyar misiones como la lucha contra la piratería y la provisión de ayuda humanitaria, aunque algunos expertos ven un potencial de tensión adicional proveniente de la creciente militarización del continente.
“Los estadounidenses tienen bases similares, sin mencionar a los europeos. Por lo tanto, sobre el terreno en sí, en última instancia, el continente africano se está convirtiendo en el escenario de la próxima confrontación posiblemente violenta entre las superpotencias del mundo en las llamadas guerras proxy “, dijo a RT el periodista y documentalista africano Ayo Johnson.
El periodista Finian Cunningham coincide en que la base China puede alimentar “las ansiedades estadounidenses de que Beijing está flexionando sus músculos a nivel mundial”, pero duda que vaya más lejos.
“China tiene preocupaciones legítimas para salvaguardar sus rutas marítimas a través de uno de los puntos mas congestionados del globo en el Mar Rojo. Es improbable que el movimiento desencadene un choque militar entre Estados Unidos y China en el corto plazo, pero la creación de una base militar China en África aumentará los temores estratégicos estadounidenses de que su poder global está siendo socavado “, dijo a RT.
Protección de la inversion
La ruta comercial a través del Golfo de Adén está lejos de lo único que los chinos consideran que vale la pena proteger en África. De acuerdo a un proyecto de investigación (CARI) de la Universidad Johns Hopkins, durante la última década, China ha impulsado significativamente su comercio con el continente africano, pasando de menos de 5.000 millones de dólares en 2000 a más de 103.000 millones de dólares durante el punto mas alto en 2015, tras lo cual una caída en los precios de las materias primas frenó las exportaciones de África.
El gobierno Chino ha invertido fuertemente en proyectos de infraestructura en África. Incluso la sede de la Unión Africana, inaugurada en 2012 en Addis Abeba, capital de Etiopía, fue un regalo de 200 millones de dólares de Beijing. Entre otros ejemplos notables destacan la presa hidroeléctrica Merowe en Sudán, el ferrocarril Addis Abeba-Djibouti y la carretera este-oeste de Argelia, en los cuales el financiamiento y los contratistas Chinos desempeñaron un papel crucial.
El capital privado Chino está jugando un papel significativo en las economías africanas también – más significativo que lo previamente estimado, según un informe reciente de McKinsey & Company. La firma de consultoría estima que más de 10,000 empresas propiedad de capital Chino están operando en África hoy en día, 3.7 veces más que lo registrado por el Ministerio de Comercio de China. El informe dice que el 90 por ciento de esas empresas son privadas, desafiando la opinión de que el gobierno Chino está liderando una campaña de inversión africana.
Entre los éxitos Chinos en África está el productor de teléfonos móviles Tecno, que ganó el mercado con innovaciones dirigidas a las necesidades específicas del mercado local. Estos incluyen un teléfono con teclado en Amharic, el idioma oficial de Etiopía, un software de cámara adaptado para capturar mejor tonos de piel más oscuros o baterías de mayor duración en los modelos de bajo precio. Se estima que la empresa tiene más del 40 por ciento de cuota de mercado en el Sub-Sahara en África.
Los vínculos empresariales Chinos con las naciones africanas parecen estar alejándose del modelo de “inversión para los recursos naturales”, sugieren algunos analistas. La razón es que la ventaja de China por mano de obra barata y abundante está disminuyendo, tanto por el aumento de los salarios en el país como por la reducción de la insostenible tasa de crecimiento de la población, que en décadas produciría una sociedad más envejecida y más rica. Mientras tanto, en África, aproximadamente la mitad de la población es más joven de 20 y pobre, haciendo del continente un destino tentador para la fabricación con outsourcing. Siempre y cuando se puedan garantizar condiciones estables y seguras y rutas comerciales seguras fuera de África.
Estados Unidos en retirada?
La presencia económica de China en África está respaldada no sólo por las tropas, sino también por el poder de sociabilizacion. Según una encuesta reciente de Pew, África subsahariana es donde la imagen de China está entre las mejores del mundo, con una media del 59 por ciento de las personas que lo ven positivamente y sólo el 18 por ciento negativamente. Sólo en Rusia una mayor proporción de la gente dice que les gusta China (aunque entre los nigerianos la opinion eran aún más favorables).
Uno de los principales puntos debiles de China en Occidente -su historial de derechos humanos- no parece molestar a los africanos. Cincuenta y tres por ciento de los encuestados cree que Pekín respeta las libertades personales de su pueblo. Por lo tanto, la advertencia de Hillary Clinton de que la no injerencia de China en los asuntos internos de África, en contraste con los Estados Unidos y la Union Europea exigiendo reformas a cambio de inversiones y ayuda, equivalente al “nuevo colonialismo” , no fue escuchado. Con el crecimiento de la influencia China en Africa, los Estados Unidos parece estar en retirada, algunos expertos advierten. La administración Trump dejó claro que quiere cortar programas africanos no directamente relacionados con la seguridad, lo que posiblemente disminuiría el poder social de Estados Unidos en el continente. Por supuesto, el futuro brillante de África como un productor mundial de mediados del siglo XXI está lejos de estar asegurado , opinan algunos comentaristas. The Economist, por ejemplo, predice que las inversiones Chinas en la infraestructura y las economías africanas no pagarán, y en una década Pekín se verá obligada a amortizar deudas incobrables o intentar recuperarlas por la fuerza.
Fuente: RT