La interferencia de Estados Unidos en el proceso electoral en Venezuela queda al descubierto en una serie de documentos que revelan cómo Estados Unidos proporcionó una inversión significativa para capacitar a activistas políticos en campañas efectivas en línea.
Documentos desclasificados para investigadores bajo la US Freedom of Information Act han revelado cómo los frentes de inteligencia de Estados Unidos armaron las redes sociales para promover a la oposición de derecha de Venezuela y ayudarla a llegar al Parlamento, sentando así las bases para el nombramiento del diputado derechista Juan Guaidó como líder de Venezuela en Enero de 2019.
Los documentos desclasificados indican que en Octubre de 2013, siete meses después de la muerte del popular presidente socialista Hugo Chávez, el National Democratic Institute (NDI), un frente de inteligencia estadounidense que financia y apoya a partidos políticos en el extranjero, recibió casi 300,000 dolares por parte de la National Endowment for Democracy (NED) – una agencia gubernamental estadounidense creada abiertamente para hacer lo que la CIA había hecho anteriormente de manera encubierta – para un programa titulado ‘Venezuela: Improved Training and Communications Skills for Political Activists’.
Se dijo que los elementos de la oposición en el país tenían “problemas particulares en la comunicación con los ciudadanos, así como en la organización y movilización de partidarios” a través de plataformas de información tradicionales. Pero las redes sociales “han demostrado ser menos vulnerables a las restricciones del gobierno y pueden ser una herramienta útil “para que las personas” vocalicen sus frustraciones con temas de política pública, destaquen casos de corrupción, se conecten con personas de ideas afines y ofrezcan perspectivas alternativas a las fuentes de noticias oficiales.”
Se señaló que la considerable inversión estatal en recursos tecnológicos por parte del gobierno de Chávez y el “prolífico uso de Twitter” del difunto presidente habían ayudado a aumentar el acceso a Internet y popularizarlo significativamente, creando un entorno de información propicio para la explotación maligna. Sin embargo, se dijo que “muchos activistas políticos” tenían “una exposición limitada” a las mejores prácticas de las comunicaciones digitales, y necesitaban “asistencia técnica y apoyo adicionales para usar efectivamente las redes sociales”.
Las secciones del documento relacionadas con el “objetivo del programa” y las “actividades propuestas” están, respectivamente, redactadas en su totalidad y en gran medida, aunque los objetivos y las dimensiones son bastante claros. Por un lado, el NDI organizó un seminario fuera de Venezuela en algún momento antes de las elecciones municipales de 2013 en Diciembre, proporcionando “asesoramiento experto” sobre el uso de la tecnología y las redes sociales “para alcanzar y conectar con el ciudadano”, mientras que la contratación de un consultor para proporcionar “asesoria continua” para los participantes, y “asistencia individualizada” a un grupo de élite de ocho beneficiarios que hayan “demostrado capacidad para conectar e influir en otros.”
Estos seminarios permitirían a los participantes “interactuar entre sí, y solicitar comentarios del instructor”, con “sesiones individuales de planificación estratégica facilitadas por consultores de NDI” ayudándoles a “diseñar estrategias para alcanzar, interactuar y difundir información a los ciudadanos en línea” antes de la próxima elección.
Además, la NED creó una “caja de herramientas virtual” ofreciendo “cursos de capacitación personalizados en línea sobre una variedad de temas relacionados con la innovación política” – apodada Red Innovacion, que sigue activa hoy en día. Después de las elecciones, se organizó una segunda sesión de revisión en Venezuela “para desarrollar estrategias a largo plazo para mantener el contacto con los ciudadanos.”
Dos años más tarde, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ganó una histórica mayoría en la Asamblea Nacional, la primera vez que los partidos de oposición lo hicieron desde que Chávez llegó al poder en 1999. Juan Guaidó fue uno de los participantes, asegurando el 26% de los votos en Vargas, una zona empobrecida del país, hogar de muchas empresas estatales, que emplean a la mayoría de la población local. Los candidatos chavistas en las elecciones anteriores típicamente se habían presentado sin oposición.
No se sabe si Juan Guaidó estaba entre los octetos que exhibieron una pronunciada “capacidad para involucrar e influir en otros” seleccionados por el NDI para recibir “asistencia individualizada” en campañas en línea, pero en 2015 el fue uno de varios activistas de la oposición que supuestamente se declararon en huelga de hambre por la supuesta amenaza de que el gobierno cancelaria las elecciones legislativas planeadas. Este esfuerzo fue fuertemente promovido en las redes sociales, y a su vez ampliamente cubierto por los medios occidentales.
Cualquiera que sea la verdad del asunto, está claro que la intromisión de NDI en las redes sociales jugó un papel fundamental en el impactante resultado de las elecciones de 2015 en Venezuela.
Una revisión publicada por el NDI se jacta del amplio apoyo que brindó a la MUD en los años previos a la votación, incluida la “creación de una base de datos de votantes para identificar a los partidarios blandos (del partido socialista) y votantes indecisos”, que luego fueron organizados “en categorías específicas para mensajes específicos”. Esto permitió a la coalición “personalizar su alcance a los votantes indecisos de todas las tendencias con un alto grado de especificidad.”
“La creación de una base de datos tan grande y detallada capaz de predecir las tendencias políticas de más de 3.5 millones de votantes requirió una gran inversión de tiempo, una intensa planificación y un despliegue estructurado”, reveló NDI. “La MUD llevó a cabo su campaña en las redes sociales en Facebook, que apuntó a los votantes con diferentes mensajes teniendo en cuenta sus inclinaciones políticas.”
Algunos votantes recibieron mensajes de “sal a votar”, otros fueron influenciados con información dañina sobre los candidatos socialistas, ” diseñados para atraerlos al otro lado del pasillo.”Facebook también permitió a la MUD identificar a 8.5 millones de votantes y saturarlos de “mensajes similares”, con métricas que indican que para el día de las elecciones, los diversos esfuerzos de campaña digital de la coalición habían alcanzado a 6.3 millones de votantes, con 2.9 millones de venezolanos que habían interactuado con su contenido en Facebook al menos una vez.
Los detalles de conspiraciones para entrometerse en elecciones extranjeras rara vez se explican tan directa y abiertamente, aunque el hecho de que Estados Unidos haya usado el ámbito digital con el fin de desestabilizar al gobierno de Venezuela no debería ser una sorpresa. Después de todo, no hay esfera ni recurso que los servicios de inteligencia estadounidenses aparentemente no intentarán utilizar como arma para destruir el progreso socioeconómico en el audaz país latinoamericano.
En 2010, WikiLeaks publicó un cable de la embajada de Estados Unidos de cuatro años antes en el que el embajador estadounidense en Caracas esbozó una estrategia de cinco puntos para “penetrar la base política de Chávez”, “dividir al chavismo”, “proteger negocios vitales de Estados Unidos” y “aislar a Chávez internacionalmente”. La Office of Transition Initiatives (OTI) de USAID, que “proporciona asistencia rápida, flexible y a corto plazo dirigida a la transición política clave” – es decir, el golpe de estado – fue fundamental para estos esfuerzos.
Las actividades de la OTI en Caracas incluyeron el apoyo a más de 300 ONGs en todo el país “con asistencia técnica, desarrollo de capacidades, conexión entre ellas y movimientos internacionales, y apoyo financiero de más de 15 millones de dolares”. Se dijo que algunas de las ONG se habían lanzado específicamente con fondos de USAID, incluidas iniciativas “que se ocupan de los derechos de los discapacitados” y empresas de “educación cívica”.
Solo se puede considerar una acusación impactante pero predecible de los medios de comunicación convencionales que las revelaciones contenidas en estos documentos hayan sido ignoradas por los mismos periodistas que, durante mucho tiempo, han propagado afirmaciones ridículas de que Rusia ha influido en el resultado de las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos a través de anuncios pueriles en las redes sociales que nadie vio realmente.
Fuente: RT