Altos funcionarios del gabinete en el gobierno interino golpista de Jeanine Añez planearon un segundo golpe de estado para mantenerse en el poder en Bolivia, según documentos filtrados. El plan supuestamente involucró a cientos de mercenarios estadounidenses que volaron desde Florida.
Añez tomó ilegalmente el poder en Bolivia en Noviembre de 2019, después de que protestas masivas respaldadas por el ejército y la policía obligaron a Evo Morales a huir del país en lugar de continuar gobernando por un cuarto mandato presidencial después de ganar por abrumadora mayoria las elecciones presidenciales. Las protestas fueron provocadas por denuncias de fraude electoral, que fueron promovidas por la Organización de los Estados Americanos y que luego se demostró que eran infundadas.
El nuevo gobierno utilizó la fuerza para reprimir a las personas disidentes del partido de izquierda Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales e hizo un giro brusco hacia la derecha. También retrasó repetidamente la celebración de nuevas elecciones, que se suponía que era el objetivo principal de la presidencia interina de Añez.
Presionada por protestas masivas, finalmente Añez accedió a celebrar la elección el otoño pasado. El candidato del MAS, Luis Arce, quien se desempeñó como ministro de economía de Morales, ganó en una victoria aplastante, evitando una segunda vuelta al obtener el 55.1% de los votos. La propia Añez logró un distante cuarto lugar.
Es Oficial: Luis Arce gana elección presidencial en Bolivia con el 55% de los votos
Mientras Arce celebraba su victoria, Añez y sus ministros estuvieron planeando un segundo golpe de estado, que les permitiría revocar la voluntad del pueblo boliviano, informó The Intercept el Jueves, citando registros de conversaciones e intercambios de correo electrónico que detallan la conspiración.
Las figuras clave en el plan fueron Luis Fernando López, quien se desempeñó como ministro de defensa de Añez, y Joe Pereira, un ex administrador civil del Ejército de Estados Unidos, según el informe. Se suponía que Pereira reclutaría mercenarios en los Estados Unidos y los ayudaría a volar a Bolivia. Allí unirían fuerzas con tropas militares de élite del ejército boliviano, unidades policiales y turbas de justicieros de derecha para aplastar a los partidarios del MAS.
“Puedo conseguir hasta 10,000 hombres sin ningún problema”, se jactó Pereira en una supuesta conversación. “Todas las fuerzas especiales. También puedo traer alrededor de 350 de lo que llamamos LEPs (Law Enforcement Professionals), Profesionales de la Aplicación de la Ley, para guiar a la policía.”
“Si hay algo más que necesite, haré que vuelen encubiertos, como si fueran fotógrafos, pastores, médicos, turistas”.
El número de tropas parece ser un alarde por parte de Pereira. Uno de los reclutadores con sede en Estados Unidos a quien pidió ayuda le dijo a The Intercept que “no podría conseguir 10,000 personas, incluso si Blackwater volviera al negocio y regresara a Irak.”Pero los intercambios de correo electrónico indican que la planificación estaba en una etapa avanzada y que al menos 250 contratistas estaban listos para participar en el ‘proyecto Bolivia’, antes de que fuera cancelado.
En el lado boliviano, los funcionarios tenían tres aviones de transporte Hércules C-130 que podían transportar por vía aérea a los pistoleros contratados y sus armas desde los Estados Unidos. Pereira dijo que quería “recoger personal en el Southern Command en la Homestead Air Force Base en Miami.”Dos fuentes militares estadounidenses dijeron a The Intercept que el comando US Special Operations estaba al tanto del complot golpista, pero una fuente dijo que “nadie realmente los tomó en serio”.
Algunos detalles de las conversaciones coincidieron muy estrechamente con las afirmaciones que Morales hizo a principios de Noviembre. El acusó al General Sergio Orellana, quien fue nombrado comandante de las Fuerzas Armadas Bolivianas por Añez, de presionar a otros altos oficiales militares para que lanzaran una junta militar para impedir una presidencia de Arce. López aseguró a los co-conspiradores que Orellana estaba listo para iniciar “la operación militar” contra el MAS.
Los planes nunca se pusieron en acción. López aparentemente no pudo asegurar el apoyo de suficientes comandantes militares y tuvo una discusión con el entonces ministro del Interior Arturo Murillo, quien estaba a cargo de la policía. El general Orellana y ambos ministros estaban entre los miembros de la administración de Añez que huyeron de Bolivia después de la victoria de Arce y antes de su toma de posesión.
Murillo fue arrestado por el FBI el mes pasado. Es sospechoso de aceptar un soborno para firmar un contrato de suministro de gas lacrimógeno de una empresa con sede en Florida a un precio inflado.
Añez fue arrestada y acusada de delitos relacionados con la forma en que tomó ilegalmente el poder en Bolivia. Pereira también está detenido en una cárcel boliviana en espera de juicio por cargos de fraude.
The Intercept cree que era muy poco probable que el complot tuviera alguna aprobación tácita o apoyo del gobierno de los Estados Unidos. Parece más cercano en su naturaleza al intento de derrocar al gobierno venezolano, que involucró a la empresa de seguridad privada Silvercorp USA.
La incursión de mercenarios estadounidenses, que tuvo lugar en Mayo de 2020, terminó en un fracaso humillante y fue apodada desdeñosamente por algunos medios de comunicación como “Bay of Piglets invasion”, en referencia a la fallida invasión de Cuba en 1961, apoyada por la CIA.
Fuente: RT
