La administración Biden ha continuado la política de su predecesor Donald Trump de enviar convoyes de equipo y suministros militares a Siria, y de robar petróleo de contrabando. Sin embargo, los funcionarios del Pentágono ahora niegan que el personal militar o los contratistas estadounidenses estén involucrados en cualquier actividad de extracción de petróleo.
Un convoy de 45 camiones que transportan vehículos militares, equipos y suministros flanqueados por camiones cisterna de combustible ha sido enviado al noreste de Siria por la coalición militar liderada por Estados Unidos, informa la Agencia de Noticias Árabe Siria, citando fuentes locales en la aldea de Al-Khazna.
Se dice que el convoy ha entrado a Siria a través de al-Walid, el paso fronterizo con Irak, que el gobierno Sirio no tiene control alguno, y por lo tanto es considerado ilegal, antes de cruzar la autopista M4 en ruta a destinos en Deir ez-Zor y Hasakah.
SANA dice que la coalición estadounidense ha seguido fortaleciendo su presencia ilegal en el noreste de Siria, estableciendo múltiples bases para proteger y entrenar a las fuerzas aliadas “y a las organizaciones terroristas que operan bajo su mando”, y para proteger los campos petroleros que extraen recursos y los envían al extranjero.
El Pentágono justifica el despliegue de fuerzas estadounidenses en Siria diciendo que están allí para garantizar la “derrota duradera” de los terroristas de Daesh (ISIS). El antiguo “Califato” de Daesh fue derrotado formalmente por las fuerzas sirias e iraquíes en 2017, y Estados Unidos continuó utilizando la supuesta amenaza del resurgimiento del grupo como justificación para su presencia ilegal continua en ambos países.
Siria dice que la ocupación estadounidense es ilegal y acusa a Estados Unidos de saquear su petróleo. Durante su presidencia, el presidente estadounidense Donald Trump admitió abierta y repetidamente que “las únicas fuerzas” que tenía en Siria estaban allí para “tomar el petróleo”. La administración estadounidense de Biden ha abandonado esta retórica, anunciando el mes pasado que los aproximadamente 800 soldados estadounidenses estacionados en Siria “no estaban autorizados a proporcionar asistencia a ninguna empresa privada” dedicada a la explotación (ilegal) de los campos petroleros de Siria.
La inteligencia militar rusa ha estimado que Estados Unidos y sus aliados saquean al menos 30 millones de dólares en petróleo de los restos de la infraestructura petrolera siria cada mes, evitando así que estos fondos sean recaudados por sus legítimos propietarios en Siria y utilizados para la reconstrucción de Siria despueé del mortal conflicto civil respaldado por extranjeros. La presencia de Estados Unidos en Siria no está respaldada por ningún mandato del Consejo de seguridad de la ONU, y Estados Unidos no tiene una invitación del gobierno de Siria para operar en la República Árabe.
A pesar de comprometerse a revertir el curso de gran parte de la política exterior e interior de su predecesor, la administración Biden ha continuado la política de Trump en Siria, con los medios de comunicación sirios locales informando regularmente sobre el traslado de ida y vuelta de vehículos militares, convoyes de suministros y camiones cisterna hacia y desde el país. En Enero, fue reportado que 200 tropas estadounidenses adicionales habian sido transferidas ilegalmente a Hasakah. El presidente Biden lanzó ataques aéreos contra Siria en Febrero, dirigidos a las fuerzas de la milicia iraquí anti-Daesh, Estados Unidos afirmó sin presentar pruebas que estaban involucradas en ataques contra las fuerzas estadounidenses en Irak. Siria denunció la agresión, y las milicias negaron las afirmaciones de su participación en ataques en Irak.
Biden ha sido consistentemente un defensor de la intervención ilegal de Estados Unidos en Siria, animando la operación Timber Sycamore, un programa de armas y entrenamiento clasificado de la CIA de la época de Obama que comenzó en 2012 y vio a Estados Unidos y sus aliados enviar miles de toneladas de armas y miles de millones de dólares a “rebeldes moderados” que las investigaciones de los medios revelaron más tarde que estaban aliados a los yihadistas. En 2019, cuando Trump anunció sus planes (más tarde desechados) para “retirar” las tropas de Siria por completo, Biden lo llamó un “fracaso total como comandante en jefe” y sugirió que su política “imprudente” y “peligrosa” era “desmoralizante”… para nuestras tropas.”
Fuente: Sputnik