El presidente estadounidense Joe Biden ha firmado más órdenes ejecutivas centradas en el clima. Entre ellas se encuentran directivas que establecen el cambio climático como una “prioridad de seguridad nacional” e imponen una controvertida prohibición de perforación para extraer combustibles fósiles en tierras federales estadounidenses.
La última ronda de órdenes ejecutivas de Biden se produce después de un récord de 40 decretos presidenciales promulgados durante su primera semana en el cargo. Después de las órdenes ejecutivas del primer día que regresaron a los Estados Unidos de vuelta al acuerdo climático de París y cancelaron la finalización del oleoducto Keystone XL, la última ronda de ordenes ejecutivas de Biden, firmadas el miércoles, se centra nuevamente en el medio ambiente.
Injerencismo y leyes extraterritoriales
Una amplia orden titulada “Tackling the Climate Crisis at Home and Abroad” instruye al gobierno estadounidense a considerar el cambio climático como una cuestión de seguridad nacional y política exterior. Esta orden se produce después de que Biden eligió al ex secretario de Estado John Kerry como su Presidential Envoy for Climate, una posición recién creada en el National Security Council.
La orden establece la fecha para una cumbre de líderes mundiales sobre el cambio climático planeada para el 22 de Abril. La orden también inicia el proceso para establecer los objetivos de emisiones del acuerdo de París de los Estados Unidos, instruye a las agencias federales a comprar energía limpia y vehículos eléctricos, y compromete al gobierno con el objetivo de “conservar” al menos el 30 por ciento de “nuestras” tierras y océanos para 2030.
Más controversialmente, la orden suspende temporalmente nuevos permisos de perforación para la extracción de petróleo y gas en tierras federales. Cuando los informes de esta directiva surgieron a principios de esta semana, los republicanos, las compañías petroleras y los sindicatos respondieron con furia, alegando que la medida costaría muchos puestos de trabajo, amenazaría la independencia energética de los Estados Unidos y privaría a los estados de miles de millones de dólares en dinero de regalías.
Otra sección en la orden pide al gobierno “priorizar la justicia ambiental” e inyectar 40 porciento de la inversión federal relevante a “comunidades marginadas”. La noción de “justicia ambiental” fue programada por los conservadores cuando apareció por primera vez en la legislación ‘Green New Deal’ de la congresista Alexandria Ocasio-Cortez en 2019, con los críticos afirmando que conduciría a una redistribución masiva de la riqueza al estilo socialista.
La segundo orden ejecutiva del día de Biden restablece el Council of Advisors on Science and Technology del Presidente, convocado por primera vez por George W. Bush en 2001 y re-fletado por Barack Obama en 2010 y Donald Trump en 2019. Bajo Biden, el consejo asesorará al presidente sobre temas de salud pública y “equidad racial.”
Finalmente, Biden emitió un memorando encargando a las agencias federales la toma de “decisiones basadas en evidencia guiadas por la mejor ciencia y datos disponibles” y el nombramiento de un Chief Science Officer para cada una de estas agencias para garantizar el cumplimiento. Aunque su redacción es nebulosa, la nota parece consagrar legalmente el igualmente vago compromiso de campaña-proyecto de Biden de “confiar en la ciencia.”
Biden – quien en Octubre declaró que gobernar a traves de ordenes ejecutivas es la marca de un “dictador” – ha demostrado ser capaz y estar dispuesto a flexionar el poder de la presidencia en su primera semana en el cargo. Sin embargo, su promesa climática central, una inversión de 2 billones de dolares en energía e infraestructura verde que refleja muchas de las propuestas del ‘Green New Deal’, tendrá que ser aprobada por el Congreso, e incluso con ambas cámaras bajo control demócrata, podría ser obstruida por los republicanos al no tener los democratas una mayoría de dos tercios en las cámaras.
Fuente: RT