Según la revista Israel-Kurd, con sede en la capital del Kurdistan Iraqi, Erbil, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu y Massoud Barzani, el autodenominado presidente del futuro Kurdistán independiente, han llegado a un acuerdo secreto.
Israel se ha comprometido a instalar 200,000 israelíes de origen kurdo en el Kurdistán iraqi.
El anuncio ha sido ampliamente divulgado en la prensa turca, iraní y árabe. El plan para crear un Sudán del Sur y un Kurdistán ha sido un objetivo militar israelí tras el desarrollo de misiles a finales de los noventa. Estos territorios, en gran parte administrados por los israelíes, han permitido ataques a las retaguardias de Egipto y Siria.
De los 8.5 millones de israelíes que viven en Israel, unos 200,000 son de origen kurdo. En marzo de 1951, la “Operación Esdras y Nehemías” (que lleva el nombre de las personas bíblicas que organizaron la huida del pueblo judío de Babilonia) permitió a 11,000 kurdos judíos emigrar de Iraq a Israel. El “American Jewish Joint Distribution Committee de Nueva York” financió esta operación. Los aviones utilizados para este traslado aéreo fueron puestos a disposición por el entonces dictador cubano, Fulgencio Batista.
La familia Barzani que gobierna el Kurdistán iraqí con un puño de hierro, está históricamente conectada con Israel. Mullah Mustafa Barzani, padre del actual presidente Massoud Barzani, era uno de los altos funcionarios del Mossad, la agencia de inteligencia israeli.
El primer ministro israelí es el único jefe de gobierno que ha declarado públicamente su apoyo a la creación de un Kurdistán independiente fuera del territorio histórico kurdo (lo que también sería en detrimento de las poblaciones indígenas).
A pesar de la prohibición declarada por el Tribunal Constitucional iraqí, se celebro un referéndum el 25 de septiembre de 2017 con miras a declarar este nuevo Estado.
Fuente: Voltaire